Trascender como equipo

No hay desafío más estimulante para un grupo de jugadores que lograr que el equipo tenga un sentido de “misión a largo plazo” que vaya más allá de los objetivos habituales, más allá del presente. Se trata de trascender, de lograr algo que deje huellas. Eso puede ocurrir muy pocas veces en la vida de un equipo o de un deportista. Es como el equipo que llega a obtener un campeonato luego busca repetir, busca la excelencia, y la permanencia en ésta le otorga una indiscutible “trascendencia” como equipo. Esta “misión” es como una imagen de un estado al que uno quisiera llegar. Si esta “imagen” es visualizada por todos, se genera un comportamiento determinado que es el combustible, la motivación y la inspiración de nuestros actos, enfatizando siempre el “nosotros” por encima del “yo”. Ante esta misión de trascendencia, dos cosas son imprescindibles más allá del esfuerzo, el tiempo y el talento, que se dan por descontados: el coraje y la determinación. “Coraje es la resistencia al temor, es el dominio del temor, no la ausencia de temor”. (Mark Twain) Para trascender como equipo es necesario tener una gran determinación. Eso significa que hay que volver cada nueva temporada con la mayor intensidad y fuerza. Después de una victoria importante, como puede ser un campeonato, la batalla más dura por enfrentar es el primer partido de la temporada siguiente. El temor es sólo parte del desafío. En algún momento del camino tenemos que dejar de preocuparnos por las consecuencias de lo que hacemos. Igualmente, se hace necesario redefinir continuamente nuevas motivaciones. Los equipos “promedio” crean “colchones” como reaseguro ante la adversidad y se respaldan en ellos. Los equipos sobresalientes usan esos colchones como trampolín para saltar hacia su grandeza. De todo esto eso se trata la misión, con esto se logra la “trascendencia” de un equipo: con resistencia y persistencia. Con un compromiso en el tiempo, relacionado con algo más grande que uno mismo: con el equipo. No se trata de ganar un campeonato: se trata de ser un equipo campeón. En definitiva, son muchísimos los equipos que han obtenido campeonatos. Muchos menos, sin embargo, aquellos que han alcanzado la grandeza de trascender en el tiempo, de trascender entre sus pares, de trascender los límites del entorno habitual de su deporte. Se trata de nunca creer que se ha llegado a alguna parte; en definitiva, se busca disfrutar más del “viaje”, del recorrido de un equipo que empezó con expectativas, superó obstáculos, temores, dificultades y problemas, logrando mejorar su juego y su calidad como grupo. Cuando un equipo usa nuestras mismas tácticas para superarnos, es un buen indicio de estar en el camino correcto. Eso obliga a duplicar esfuerzos y usar tácticas alternativas. Siguiendo el mismo razonamiento, todo equipo que puede cambiar su plan de juego durante un partido y hacerlo exitosamente, es un equipo que está alcanzando un grado de madures que nadie podrá arrebatarle. Así, llegar a la trascendencia demanda tiempo, esfuerzo, talento, convicción, coraje y determinación. Ingredientes infalibles para el éxito verdadero. Miguel A. Hernández