Desarrollar un juego de pases es fundamental para apuntar al objetivo de mantener la posesión y marcar puntos.
Un equipo que no ha desarrollado grandes destrezas en el pase, no estará en condiciones de conservar la pelota en su poder.
Reforzando ese concepto y rescatando su importancia, las estadísticas de la última copa del mundo en Francia 2003, indican que se ha contabilizado un promedio de 268 pases por partido.
Sentido del pase
Muchas veces se tiene un concepto equivocado del pase.
Pasar sistemáticamente sin ningún sentido, no contribuye en manera alguna a avanzar y progresar en el campo de juego.
El jugador que no tiene marca, debe correr con la pelota en sus manos. Solo debe pasarla cuando esta impedido de continuar corriendo con ella o cuando un compañero esta en mejor posición que el portador de la pelota de continuar el ataque y avanzar en el terreno.
En definitiva, si el portador logra poner a su receptor del pase, en una mejor situación, entonces el pase ha tenido utilidad.
Requisitos para un buen pase
1º) Fácil de tomar
El pase perfecto es aquel que va a una velocidad adecuada, a la altura correcta (al nivel de su cadera) y se dirige al frente del receptor.
Si reúne esos tres elementos será sencillo de agarrar para el receptor.
2º) Anular al oponente
Un portador de la pelota que ejecuta bien su pase (cualquiera que sea) debe estar capacitado para anular al adversario a fin de que no continúe su tarea defensiva.
Fijar la marca es lo que permite atraer y llevarse la marca de su adversario y anular su acción de defensa, a fin de que el receptor-apoyador se encuentre con mejores chances de continuar el ataque.
Para ello, el portador debe apuntar al hombro interno del defensor a fin de involucrarlo en esa acción y anularlo para que no continúe defendiendo.-
3º) Lugar y momento oportuno
Par que el pase sea bueno, no solo debe ser técnicamente correcto, sino ejecutado en el momento adecuado (ni antes, ni después) e ir dirigido no a cualquier apoyo sino al que represente la mejor opción para continuar el ataque.
Aquel jugador que pretenda pasar en el momento exacto y hacia el mejor lugar deberá desarrollar una correcta “visión periférica”.
La visión periférica es la aptitud o capacidad del jugador de observar todo “el panorama” o situación que acontece a su alrededor.
Esto significa, poder ver no solo a los jugadores contrarios, sino también a sus compañeros que están en apoyo.
Es común que muchos jugadores al tomar la pelota, pierdan esa imagen nítida que tienen de lo que sucede en las cercanías y de alguna manera se nublen o bloqueen, no pudiendo observar de manera clara la situación que tienen a su alrededor.
Si el portador no desarrolla la capacidad de tener una adecuada visión periférica es muy probable que su pase - aunque técnicamente perfecto - tenga grandes defectos e imperfecciones en cuanto al tiempo y lugar de ejecución del mismo.
Fuente:Rugby Didáctico
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