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sábado, 31 de diciembre de 2011

LA CONTINUIDAD

El proceso al que me quiero referir está estrechamente vinculado con dos de los principios que rigen el ataque: el de avanzar y el de presión del avance. Este proceso es la CONTINUIDAD.
Su perfeccionamiento es lo que le dará al ataque, desde el lanzamiento desde las formaciones y en el movimiento general del juego, la llave para abrir defensas, para jugar eficientemente, adelante, adentro y detrás de la defensa.


Si graficamos un proceso continuo ¿qué figura nos viene primero a la mente?
Exacto...: una línea recta, con un punto de inicio y un punto final.
Si graficamos con esta recta un movimiento de ataque, nos encontramos con la típica jugada del rugby infantil, en la cual un jugador mueve la pelota, corre y marca puntos, real para ese nivel de aprendizaje, más difícil cuando el nivel sube a juveniles, casi imposible de realizar en el nivel de la división superior y ni hablar del alto nivel.
Pero esta utopía del ataque lineal de una sola fase es a lo que deberíamos tender para que nuestros movimientos tengan éxito.

Continuidad , dinámica y velocidad
Antes de continuar, quisiera analizar estos tres términos que usamos habitualmente en nuestra jerga de entrenadores, pues generalmente se entienden como tres procesos del mismo nivel. Veamos:
Dinámica: Forma de suceder una cosa, conjunto de fuerzas que actúan en un sentido.
Velocidad: Relación entre el espacio recorrido y el tiempo empleado en recorrerlo.
Continuidad: Duración o permanencia de una cosa sin interrupción.
De estas definiciones surge que:
- Es necesario generar movimientos CONTINUOS, sin interrupciones.
- A éstos se les debe agregar DINÁMICA, o sea, que todos actúen en un sentido.
- Y finalmente, que esto se haga a la VELOCIDAD necesaria para cumplir el objetivo planteado.
Por lo tanto, en PRIMER LUGAR, hay que perfeccionar movimientos sin interrupciones, pues de lo contrario, la dinámica y la velocidad perderían sentido por sí solas, y es más, serían contraproducentes.

La línea recta

No voy a incluir en este análisis el ataque que proviene del juego con el pie, pues patear supone una interrupción del movimiento, y las patadas que no lo generan porque se recupera la pelota directamente sin que el contrario pueda intervenir, son movimientos técnico-estratégicos que merecen un análisis particular.
Tampoco lo haré con el movimiento de avance continuo que supone el maul, pues esta formación semi-fija también tiene objetivos que merecen un análisis por separado, aunque en el rugby actual empieza a ser un arma de ataque mucho más útil que el ruck.
Sí me voy a referir a todas aquellas situaciones que supongan la búsqueda de los espacios, avanzando y en carrera.

Volviendo a la línea recta, los movimientos de ataque entre el inicio y el fin tienen una cantidad de puntos intermedios que son lo que llamamos FASES. Lo primero que se debe hacer para lograr continuidad es:

- Trabajar en lo técnico para que el punto final del movimiento sea un try, evitando la discontinuidad y la consecuente pérdida de posesión por fallas de pase, knock on, pelotas trabadas y errores no forzados.
- Tratar de eliminar las fases como hecho estratégico y empezar a trabajarlas como algo que puede, pero que no debería suceder.

La fase se tiene que generar por un acierto de la defensa y no por un déficit del ataque, y los puntos de encuentro deben considerarse situaciones geográficas debidamente conocidas de antemano. Los jugadores, pese a saber que se puede producir este meeting point, deben jugar fijando el objetivo en el in goal contrario; es más, cuanto mayor sea el nivel del equipo, mayor será la cantidad de fases programadas que tendrá, lo cual no quiere decir que se tengan que generar adrede.

SIEMPRE, los jugadores tienen que intentar penetrar, traccionar y pasar -en el punto de penetración- o generar el espacio para que un compañero penetre, y todos los jugadores, tanto penetradores como apoyos, tienen que saber que el arma más importante para reducir el número de fases en el avance es EL PASE.
En estos movimientos, hay que privilegiar el pase por sobre el ruck y trabajar muy duro para generar en los equipos la confianza necesaria para que la pelota vaya al piso lo menos posible.También se debe hacer un trabajo enorme con todos aquellos que juegan sin la pelota, para que la profundidad y la garantía de apoyos sea algo incorporado al juego propio.El ruck tiene que ser la consecuencia de la imposibilidad de pase, y tiene que ser resuelto en el menor tiempo posible, acompañado por el menor tiempo posible de reposicionamiento ofensivo. Esto garantizará eficacia continua en ataque, pero no eficiencia, pues se pone en riesgo la POSESIÓN.
¿Cuántos jugadores vemos a diario que, ante el más mínimo contacto, van al piso a jugar un ruck?
¿Cuántas veces oímos la orden “¡ ruck !”, o “¡andá al piso!”?
Leído en forma superficial, el hablar de eliminar fases suena muy simple
y parece un concepto regresivo para un rugby “moderno” -porque es “complicado”- y un rugby con menos fases, más simple, sería casi infantil.Yo pienso, por el contrario, que ante defensas tan organizadas hay que buscar las formas de desorganizarlas, y si se va al piso:
- se facilita el trabajo de los pescadores y
- se ofrecen los segundos necesarios para reposicionarse
De este modo, un ataque dentro de la defensa se transforma, de nuevo, en un ataque por delante de la defensa, y encima se reduce la distancia entre la línea de tackle contraria y la línea de ventaja propia.Por el contrario, no hay maniobra que lastime más que aquella en la cual un jugador es tackleado y aun así logra pasar la pelota desde el piso.
Personalmente, pienso que maximizar la continuidad es una de las piedras basales en el juego de ataque, y hay que trabajar muy duro para lograr que la técnica individual permita tener continuidad, con dinámica y velocidad.

Autor: S.SPECTOR
Fuente:Entrena Rugby.

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