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jueves, 1 de diciembre de 2011

La lógica de la defensa

El equipo que ataca tiene un doble reto: superar a la defensa rival y además superar también la performance del ataque rival, ya que si el ataque rival resulta más efectivo que el nuestro, no se logra el triunfo.

El partido empieza con 0 puntos, y el desafío es sumar puntos. El hecho de que el promedio de efectividad de ataque en un partido esté entre el 15% y el 25% indica claramente que son más los ataques que fracasan (y por lo tanto, directa o indirectamente, las defensas que prevalecen) que los que logran su objetivo, que es marcar puntos.

Es cierto que las causas del fracaso de un ataque no son sólo las buenas destrezas defensivas individuales y de conjunto sino los errores no forzados de los atacantes. Pero las defensas también pueden cometer errores no forzados. Viéndolo desde el punto de vista estadístico y objetivo, el predominio defensivo es incuestionable.

Por qué es más fácil lograr una buena defensa en forma regular y constante que lograr un buen ataque en forma regular y constante?

Varias son las razones que podríamos enumerar:

- La defensa es más “racional” que el ataque, porque la defensa se trata de conservar nuestras fuerzas y de evitar riesgos: dos tendencias naturales de las personas.

- Es más fácil concentrarse en defender que en atacar. Los defensores solamente deben mirar a los rivales atacantes en forma continua y sin intervalos. Si bien deben cubrir espacios, con sólo mirar a los rivales alcanza para tener suficiente lectura del movimiento de ataque rival y no tener sorpresas. En cambio los atacantes tienen más tendencia a distraerse mirando al portador de la pelota o a la pelota misma, en vez de mirar la estructura defensiva del rival o los espacios de ataque. Es así: los defensores suelen mirar a los atacantes más de lo que los atacantes suelen mirar a los defensores; es frecuente ver que los defensores leen el juego atacante mejor que lo que los atacantes suelen leer el esquema defensivo rival. Muchas veces al equipo que ataca le suele llevar dos o tres fases detectar debilidades defensivas rivales (en realidad lo que leen bien es la superioridad numérica o la diferencia de velocidad entre un back que ataca y un forward que defiende, cosas que también hacen sin dificultad los defensores evaluando a los atacantes), mientras que a una organización defensiva normal le resulta más “habitual” tomar previsiones, marcas especiales, doble marca o hasta marcación personal.

- Un ataque puede tener una mala tarde pero acertar una o dos veces y ganar el partido, lo que puede dar una falsa sensación de éxito. En cambio, una defensa puede haber sido excelente toda la tarde y por una o dos fallas perder el partido. Esto lleva a que las defensas se exijan en tener una mayor concentración, dedicación y compromiso durante todo el tiempo que dure el partido, que los ataques. En cambio, un ataque que ganó su partido aunque no haya funcionado bien, tiene una sensación de éxito (éxito que en realidad es ficticio) que suele derivar en una menor actitud para corregir errores.

- La “aptitud de defensa” es más fácil de conseguir que la “aptitud de ataque”. Casi cualquier jugador, con actitud y concentración, puede ser un buen defensor. Pero aún con esos dos atributos, puede no ser suficiente para ser un buen atacante. Se necesitan además otras virtudes (velocidad, potencia, timing) para conformar un buen ataque.

- El apoyo defensivo es más fácil de obtener que el apoyo ofensivo. Es más fácil obtener apoyos defensivos de calidad suficiente; en cambio, no cualquier jugador puede ofrecer un apoyo ofensivo de calidad.

- En defensa, una buena ubicación puede ser suficiente. En ataque, no alcanza sólo con eso (por ejemplo, un pilar bien ubicado en apoyo puede no ser sinónimo de mantener una buena ventaja en ataque, dado que puede ser un jugador más fácil de alcanzar y detener).

- El atacante suele tener más tendencia individualista que el defensor. Esto es perjudicial. Muchos ataques están basados en hacer llegar la pelota a uno o dos penetradores. En cambio, ninguna defensa es más fuerte que cada uno de sus componentes.

- La defensa tiene toda la cancha para actuar, no sólo el sector del campo más cercano a su propio ingoal.Con acertar en alguno de los sectores de la cancha, puede detener un ataque.

- En lo particular, el atacante tiene una sensación exitosa cuando supera a su defensor, y esto no es fácil de lograr; el defensor en cambio tiene sensación de éxito cuando logra un tackle efectivo, lo que es mucho más fácil de conseguir.

- En lo general, el ataque tiene la falsa sensación de “tarea cumplida” cada vez que un ataque termina en try o puntos a favor. Eso puede hacer que se relaje su concentración. La defensa, en cambio, sabe que su éxito depende de que la tarea se desarrolle sin fallas durante todo el partido.

- El jugador atacante que pierde la pelota se desmoraliza, se lamenta y tarda en reinsertarse mentalmente en el juego. El jugador defensor que falla un tackle, en cambio, suele levantarse inmediatamente en busca de su revancha: el próximo tackle.- Un pase fallido o una pelota perdida suele ser más difícil de reconquistar aunque el ataque esté bien organizado; en cambio, un tackle fallido puede ser solucionado rápidamente con una cobertura adecuada de un compañero si la defensa está bien ordenada.

- Un ataque puede superar a la defensa y aún así no lograr su objetivo, que es marcar puntos; es decir, superar a la defensa no es el objetivo final del ataque. En cambio, si la defensa supera al ataque, ya ha alcanzado su objetivo. De todos los ataques que un equipo lleva a cabo, 1 de cada 4 o 1 de cada 5 (y a veces menos) terminan en puntos a favor. Es decir que 3 de cada 4 o 4 de cada 5 (y a veces más) veces, de una u otra manera la defensa supera al ataque en el logro de su objetivo. Esto indica fríamente que el objetivo de la defensa es más fácil de conseguir que el objetivo del ataque.

- El éxito del ataque se mide solamente por los puntos que logra, y no hay bonus ahí. El éxito de la defensa, neutralizar el ataque rival, tiene un preciado bonus: recuperar la pelota. Y aún más, un super bonus: generar un contraataque que le otorgue puntos a favor.

- El equipo que en ataque falla en su ejecución y pierde la pelota, es muy difícil que defienda bien un contraataque; acaba de fracasar en su objetivo. El equipo cuya defensa acaba de recuperar la pelota y contraataca tiene muy buenas chances de culminar exitosamente el mismo, ya que lo hace a partir de un objetivo recién cumplido como es el de haber neutralizado el ataque rival y con el bonus de haber recuperado la pelota.

- Es más fácil transformar a un jugador “normal” en un buen defensor que en un buen atacante.

- Todos los jugadores de un equipo se sienten directamente involucrados en la organización defensiva. No todos los jugadores se sienten igualmente involucrados en la utilización de la pelota en forma ofensiva.

- Hay tres o cuatro patrones defensivos para conocer, y varios jugadores pueden ocupar distintos lugares en ellos. En cambio, las jugadas ofensivas son mucho más numerosas, y habitualmente requieren más práctica y conocimiento por determinados jugadores que suelen ser los habituales ejecutores de las mismas. Es decir: los roles defensivos son más generales e intercambiables, los roles ofensivos son más particulares y menos intercambiables.

- El éxito defensivo continuado en un partido va elevando cada vez más el espíritu, la concentración y la actitud del equipo. Por el contrario, el éxito inicial y sostenido del ataque en un partido, puede llevar a perder concentración y a cierta relajación mental que puede terminar siendo negativa.

- Lo que iguala las posibilidades de un equipo de inferior calidad con otro de superior calidad, es su defensa (su actitud y aptitud defensiva).

Muchas serán seguramente las opiniones y divergencias acerca de la importancia de la defensa en nuestro juego. Aquí simplemente se han expuesto conceptos cuya única intención es ayudarnos a pensar en cosas lógicas, que ocurren permanentemente delante nuestro, pero que no siempre nos resultan evidentes.

Sea o no una frase hecha, está claro que… “Los buenos ataques sin duda pueden ganar partidos, pero las buenas defensas ganan campeonatos”. La estadística defensiva de nuestra primera división en el año 2010 es uno de los innumerables ejemplos de ello.


Miguel A. Hernández

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