Para organizar prácticas o entrenamientos de rugby infantil de cualquier nivel, es necesario, a fin de que éstas cumplan con los objetivos perseguidos, observar cuidadosamente las siguientes PRINCIPIOS DE ENSEÑANZA:
1. CARACTERISTICAS DE LA EDAD
Se debe ser consciente de las diferencias por edad y de los niveles de madurez dentro de las mismas: no es lo mismo un chico de 12 años y un “desarrollado” de la misma edad.
De 7 a 9 años
En este nivel, los chicos son muy “niños”, les encanta que los miren, que les conten cosas nuevas.
Tienen muy corto lapso de atención, pueden absorber un punto simple por vez.
Con frecuencia, maestros de rugby se equivocan hablando demasiado con largas frases o detallando conceptos que están más allá de su capacidad de comprensión.
Fundamentalmente, en estas edades, se requiere un enfoque paternalista y no autoritario.
De 10 y 11 años
En esta edad, los chicos ya no son tan niños. Están muy seguros de sí mismo y no tienen problemas de identidad, aquellos que atormentan a los adolescentes.
Les fascina demostrar que saben cosas y responden muy bien cuando son felicitados por sus conocimientos.
A veces caen en el “paisajismo”; es común descubrir, en pleno desarrollo de un partido o práctica, a un chico arrancando pasto o florcitas del campo o haciendo bolitas de barro.
A esta edad responden muy bien a los estímulos y en general es muy fácil tratar con ellos. Aquí el maestro de rugby debe ser “autoritariamente paternal”.
De 12 a 14 años.
A medida que se entra en la adolescencia, se comienza a dudar de la identidad y de su propia imagen.
De allí que los chicos reaccionan muy bien a los elogios y muy mal a las críticas.
Por ello es particularmente delicada la manera de tratar a los chicos en estas edades.
En esta etapa de su vida el chico está muy influenciado por su “amigo”.
La “barra” es algo bueno en sí misma si se la toma como participación grupal del chico.
El necesita ser y sentirse parte del equipo y detesta ser aislado.
En este nivel el maestro de rugby debe obviar el paternalismo pero debe basar su autoridad en actitudes de extrema justicia.
2. PROGRESIVA
La enseñanza de este deporte, por ser muy complejo y variado, debe ser cuidadosamente progresiva.
Por ello es necesario condicionar las prácticas al siguiente esquema global:
Adquisición y formación de destrezas (técnicas individuales).
Perfeccionamiento de las destrezas individuales en unidades. (Por ejemplo: scrum, división de backs, ruck, etc.).
Aplicación de las destrezas individuales y de unidad en el juego (destrezas de equipo). Este esquema indica, entonces, que los chicos deben aprender inicialmente técnicas básicas individuales mediante ejercicios simples, los que se irán complicando a medida que los jugadores desarrollen con eficiencia las mismas. Como ejemplo diremos que la técnica del pase y recepción se enseñará , al principio, caminado y/o trotando para luego aumentar la velocidad de carrera y la distancia entre jugadores. Obviamente, no podemos ni intentaremos enseñar una tijera simple antes que los chicos dominen el pase ortodoxo y su recepción.
“ANTES DE APRENDER A CORRER ES NECESARIO APRENDER A CAMINAR”
3. REALISTA
La enseñanza del rugby, además de ser progresiva, debe ser realista, esto significa que las prácticas deben semejarse lo más posible al juego mismo.
Con un ejemplo ilustraremos este concepto.
No es posible enseñar a tacklear o hacer practicar esta técnica ubicando un jugador bien dotado físicamente (generalmente un gordito) en el centro del escenario de la práctica e indicar al resto del plantel que, uno a uno, lo vayan tackleando.
Este ejercicio no es adecuado pues se asemeja a ninguna situación real del juego. Los jugadores jamás encontrarán durante un partido, a un rival estacionado esperando que lo tackleen.
Lo indicado, entonces, para enseñar esta técnica tan particular, es seguir una progresión (punto 2): bolsa de tackle, jugadores arrodillados, de pie, caminando, trotando, corriendo. Y en lo posible utilizando siempre la pelota para enseñar al tackleado qué hacer con ella en el momento preciso del tackle.
4. DEBEN INVOLUCRAR PRESION
En toda práctica de rugby infantil deben incluirse algunos ejercicios o juegos donde se involucre la presión.
No se puede enseñar a jugar este deporte obviando el tema presión, porque ésta es, simplemente, el cuarto principio del juego.
Debemos analizar cuatro tipos distintos de presiones.
Competencia
Tiempo
Espacio
Rival
1. Si disponemos de un grupo de pequeños jugadores efectuando un jueguito de pase de pelota en columna hacia atrás, corriendo el último que recibe hacia adelante para entregar la pelota al primero de la hilera, estos chicos están desarrollando tres técnicas individuales (correr, pasar y recibir) sin presión de ninguna clase.
Pero si dividimos el grupo en dos columnas y los hacemos jugar compitiendo entre ellos controlando cuál columna finaliza primero, estamos introduciendo un tipo de presión (la competencia) que obliga a los chicos a efectuar el fuego con mayor rapidez, apareciendo por esta causa los errores y desnudando las falencias que los chicos puedan tener al efectuar el pase o recibir la pelota.
El segundo tipo de presión es la del tiempo.
Utilizando el mismo ejercicio anterior, los chicos pueden realizarlo en una sola columna contra reloj (presión de tiempo) o en dos columnas contra reloj (presión de competencia y tiempo).
Existen numerosos juegos y ejercicios que se pueden realizar por tiempo contra cronómetro. Esta forma de presión ayuda enormemente a los pequeños a mejorar la velocidad de carrera y de pase y además, y muy especialmente, su velocidad mental.
El tercer tipo de presión se refiere al espacio.
Si imaginamos un wing tres cuartos corriendo en posesión de la pelota cercano al touch hacia una de las banderas del ingoal adversario, nos daremos cuenta que el touch es, en tal situación, un rival más pues ejerce una presión de espacial que el jugador debe contrarrestar con su velocidad o con su fuerza y habilidad.
Por tal motivo, es muy importante emplear esta presión de espacio en las prácticas de rugby infantil realizando distintos ejercicios en espacios reducidos los cuales se van achicando a medida que los jugadores van adquiriendo y mejorando sus destrezas.
Este tipo de entrenamiento exige a los pequeños mayor rapidez en el pase y mayor velocidad mental, y les permite estar en posesión de la pelota muchas más veces que si los ejercicios se efectuaran a lo ancho o a lo largo de la cancha.
El cuarto y último tipo de presión es el referido al rival. Enseñar a jugar rugby sin oposición es igual que enseñar a jugar ajedrez sentado delante de un tablero sin el adversario enfrente. En ambos casos los movimientos que se realicen serán brillantes, no se cometerán errores en esa forma (en el caso del rugby) ingresen a la cancha y se enfrenten a su rival, cometerán una serie de errores que los llevarán rápidamente al desconcierto total.
Y, además, serán incapaces de pensar, analizar y decidir con rapidez, no pudiendo por lo tanto actuar eficientemente.
De acuerdo con lo expuesto, la enseñanza de este deporte debe efectuarse con ejercicios que, en cierto momento, deben involucrar presión del rival.
Y esta presión del rival debe ser aumentada y complicada poco a poco a medida que los ejercicios sean realizados con soltura y eficiencia por los pequeños jugadores.
DIVERSION
Toda práctica de rugby infantil, sobre todo en los niveles de los jugadores de menor edad (7 a 11 años), debe ser lo más divertida posible, intercalándose juegos y ejercicios cortos y movidos que interesen a los chicos y que los mantengan constantemente concentrados. Chicos divertidos jamás originan problemas de disciplina durante el aprendizaje. Por el contrario, cuando los pequeños no encuentran diversión en la práctica por ser los ejercicios o juegos lentos, repetidos o de exagerada duración, se empiezan a aburrir y automáticamente pierden la concentración y el interés.
Para lograr es necesario que los maestros de rugby posean un extenso repertorio de juegos y ejercicios de las distintas destrezas de rugby y que los utilicen con criterio.
Cada práctica debe ser distinta a la anterior. Solo de esa forma se logrará entusiasmo y continua asistencia.
Por último diremos que es esencial que cada maestro de rugby infantil detecte el momento preciso en que debe terminar la práctica. El mejor es cuando el entusiasmo y diversión de los chicos llega al punto máximo. Es buen síntoma que los pequeños se resistan a ir a las duchas cuando el entrenamiento se da por terminado y pidan que éste continúe un rato más. Por el contrario, cuando los chicos preguntan cuánto falta para que termine, es señal que el mismo está auto-sucumbiendo por aburrimiento.
OCUPACION
Dijimos que las prácticas deben ser divertidas.
Pero de nada sirve que el ejercicio o juego empleado para desarrollar una destreza sea interesante y ameno si no es realizado por la totalidad del plantel.
Jamás debe haber chicos sin hacer algo.
Ellos son los que, además de no aprender y divertirse, generan los problemas de disciplina más difíciles de controlar.
Por lo tanto, es condición indispensable para el éxito de toda práctica que todos los jugadores participen activamente de los 90 minutos que dure la misma.
Para ello, obviamente, se deberá disponer de un número suficiente de pelotas de rugby (una cada 2 o 3 jugadores es lo ideal) y demás elementos deportivos (bolsas de tackle, sogas, aros, cubiertas, etc.).
OBJETIVO
En cualquier nivel de la enseñanza, las prácticas deberán ser planificadas a través del año, a fin de que cada una de ellas cumpla con un objetivo determinado.
Es un error bastante generalizado comenzar un entrenamiento sin saber que es lo que se va a hacer con los chicos e improvisar la actividad por no haberla planificado anteriormente.
Cuesta muy poco trabajo desarrollar el día anterior el contenido de la práctica, incluyendo en la misma ejercicios de las distintas destrezas del rugby, enfatizando en aquellas en las que los jugadores estén más flojos. Obrando de esta forma, la enseñanza se hace más agradable y divertida, y al mismo tiempo se van cumpliendo los objetivos propuestos.
LEYES DEL JUEGO
El deporte del rugby es reglamentado por 28 leyes cuyo principio fundamental es el continuo movimiento de la pelota. Estas leyes han sido escritas para beneficio y protección de los jugadores y para facilitar y propiciar el juego abierto, ordenado y leal.
Existe una enorme diferencia entre un jugador que no conozca a fondo estas leyes y otro que las entienda y domine.
Por lo tanto, es deber de los maestros de rugby enseñar en forma paulatina y simple el reglamento del juego explicando con lengua sencillo y adecuado las leyes más importantes, aprovechando los partidos de práctica o aquellos días de lluvia en los cuales es imposible efectuar entrenamiento en el campo.
La regla del off-side es la primera que los pequeños deben entender y aplicar, pues de otra forma no podrán participar de los juegos de manera eficiente. Por último señalaremos que para poder cumplir con este 8º principio de la enseñanza del rugby infantil, los maestros de rugby deberán conocer perfectamente las 28 leyes del juego con sus notas respectivas.
El arte de la enseñanza se basa, en primer lugar, en el conocimiento global de una técnica y en la intención de volverla óptima y desarrollarla individualmente. Consideramos ésta una tarea evidente del entrenador, los otros dos factores que determinan su cualidad son sus capacidades educativas para estimular y orientar el proceso de aprendizaje de sus atletas a través de la variedad de métodos .
No obstante, esto sólo se logrará probando y aplicando los métodos de aprendizaje cognoscitivo que, a su vez, demandan un alto grado de sensibilidad psicológica para los procesos relativos a las capacidades de atención, a las motivacionales y cognoscitivas.
Los máximos rendimientos técnicos y la capacidad de control del atleta son el resultado del encuentro de dos personalidades que buscan sistemáticamente mejorar también los mínimos detalles técnicos asegurando un estado de forma técnica duradero y constante. Los atletas de alto nivel deben ser sujetos y no objetos del proceso de aprendizaje.
PROBLEMAS DE LA ESPECIALIZACION PREMATURA
La extremada especialización y acentuamiento de tipos característicos para determinados deportes, ha contribuido al logro de una cada vez más temprana especialización, con la coincidente invasión de la niñez en el entrenamiento serio.
La especialización temprana lleva consigo un agotamiento prematuro de la capacidad de rendimiento físico y psíquico.
Los estereotipos prematuros y unilaterales del movimiento llevan en el niño al aburrimiento y a la falta de interés; por esto, a los niños de 10 a 15 años n ose los debe especializar, sino darle variedad.
La especialización temprana es el resultado de entrenadores ambiciosos, que aspiran a tener éxitos lo mas pronto posible.
Es conveniente rendimientos promedio para ejercicios múltiples, que rendimientos de cúspide en un solo orden, como consecuencia de la especialización prematura.
Desarrollo físico del niño
Una sobrecarga unilateral y alta en el ámbito motor, producto de esfuerzos de fuerza explosiva, pueden influir negativamente sobre el crecimiento posterior y acarrear problemas posturales, lesiones articulares, especialmente de columna.
Desarrollo motor del niño
La temprana fijación de determinadas destrezas motoras deportivas lo llevan a un estrechamiento de su capacidad motora de aprendizaje.
Desarrollo psíquico y social
La función compensatoria del deporte (alegría y espontaneidad en los juegos y competencias), respecto a la escuela, desaparecen y se convierte en un elemento más de exigencia y seriedad en su vida.
El alto rendimiento es el objetivo próximo, caracterizado por la dureza, la planificación y la conciencia en el entrenamiento. Es comparable con los momentos psíquicos de la vida laboral (tensión, seriedad y monotonía).
Datos de referencia para el entrenamiento con niños
- Fundamental el volumen y la generalidad del entrenamiento.
- Acentuar la base aeróbica en el entrenamiento de resistencia.
- Se debe evitar sobrecargar la columna en el entrenamiento de fuerza. Se debe realizar con el propio peso.
- La utilización de ejercicios de elongación permite mantener la elasticidad de la musculatura, la cual en esta etapa comienza a disminuir.
- La información suministrada debe ser sencilla.
- Las pequeñas competencias y pruebas de control deben brindar experiencias positivas que logren afianzar los conceptos técnicos.
- Los movimientos deben ser aprendidos con formas jugadas, al igual que el desarrollo de las cualidades.
Entrenamiento de los jóvenes
- El entrenamiento multilateral evita desarmonías en el desarrollo motor durante la pubertad (primer momento).
- En la pubertad debe preferirse afianzar las destrezas motoras a aprender nuevas.
- En el segundo momento (de la pubertad) se vuelve a dar condiciones favorables para el aprendizaje moderno.
Fuente:Entrena Rugby.
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