En este mundo del rugby que pide a los árbitros consistencia, no es sorprendente
que las interpretaciones a
Regla 8.
considerada como la mejor herramienta del árbitro para reducir el uso del silbato y por ello se utiliza lo máximo posible. Está prácticamente por encima de la demás Reglas y el árbitro tiene mayor prudencia, a la hora de tomar decisiones relacionadas con la ventaja, que con cualquier otra Regla.
El problema es que nuestra actual interpretación de
deteriorada, algo deteriorada, pero al fin y al cabo deteriorada. Déjenme que me
explique...
Problemas de
Bajo las actuales interpretaciones de la ventaja, acabamos por contradecir muchos ideales del rugby moderno...
Confusión:
La palabra “ventaja” implica que el equipo no infractor debe obtener
alguna superioridad después de una infracción. Pero, ¿significa esto una ventaja sobre la situación, territorial, numérica.... de la infracción, o una ventaja superior al posible puntapié cometido?
Inconsistencia:
Ya que no hay unas indicaciones definitivas a cerca de cuándo acaba la ventaja, la conclusión es que acabamos con muchas inconsistencias (utilización 2 de diferentes criterios ante situaciones similares) durante un partido y entre los mismos árbitros, lo que causa gran confusión.
Faltas “por nada”:
¿Cuántas veces jugamos una ventaja a partir de una infracción que realmente no afectó al juego, y después tenemos que volver a la falta por culpa de la incapacidad de un equipo para sacar provecho? ¿Es esta la definición de exceso de arbitraje?
Faltas contradictorias:
Un efecto colateral del árbitro “hablador” es que a menudo nos contradecimos por culpa de la ley de la ventaja. Por ejemplo: un jugador comete una infracción, pero se detiene cuando se lo indica el árbitro, quién juega la ventaja y termina regresando al punto de la falta. ¿Podemos justificar el penalizar a un jugador por seguir nuestras instrucciones?
Juego Negativo (exprimir una falta):
En muchas ocasiones los equipos prefieren tener un puntapié de castigo que jugar una ventaja, y con cierta razón. De esta forma mueven la pelota durante una o dos fases y después, si no pasa nada, deciden jugar negativamente, normalmente por medio de una patada inútil o un intento de drop a palos, sabiendo que si fallan volverán a la falta. Seguramente el juego sería mejor si el equipo no infractor jugara el puntapié inmediatamente para evitar pérdidas de tiempo y de energía, o si se juzgara la ventaja más rápidamente para fomentar el juego positivo.
Ley de
La definición de
“Una ventaja debe ser o territorial o posesión de la pelota lo que constituye una
ventaja táctica obvia. La mera oportunidad de ganar la ventaja no es suficiente.”
Un par de años después
ventaja territorial como la táctica. Ahora dice...
“La ventaja puede ser territorial o táctica. La ventaja territorial quiere decir
ganancia de terreno. La ventaja táctica quiere decir libertad del equipo no infractor para jugar el balón como ellos deseen.”
Esta definición de ventaja táctica es lo importante, y creo que los árbitros la están pasando por alto. Seguimos interpretando la ventaja usando la vieja definición de la regla y no sacamos los beneficios que la nueva redacción aporta.
Usando la ventaja táctica de esta manera, inmediatamente después de una infracción, si el equipo no infractor tiene posesión de la pelota y libremente pueden pasar, patear o correr con él, la ventaja se ha ganado. Además, la ventaja debería reflejar el grado de afectación con el que el equipo no infractor ha sido perjudicado por la infracción.
Principio de Desventaja
El factor clave es esperar antes de conceder la ventaja, para darte tiempo a valorar el resultado, así como para observar si el equipo no infractor fue perjudicado o no lo suficiente como para justificar la concesión de una falta. El Principio de Desventaja tiene 3 niveles...
El Nivel 1: El equipo no infractor no resulta perjudicado de ninguna manera. Por ejemplo; el equipo A comete un off-side, el equipo B recoge la pelota y la patea. O un jugador del equipo A sobrepasa la línea de fuera de juego por el lado cerrado de un ruck, pero el equipo B juega la pelota por el lado abierto. En ambas situaciones el equipo A comete infracciones, pero ya que el equipo B no sufre una desventaja, no hay necesidad de conceder una ventaja.
Aplicando la definición de la regla, el equipo no infractor tuvo libertad inmediata para jugar la pelota como ellos deseaban, por tanto se ganó la ventaja táctica.
El Nivel 3: El equipo no infractor sufre una desventaja tan grande que no pueden jugar la pelota como ellos desean. Un ejemplo podría ser cuando el equipo A tras cometer un adelantado se abalanzan sobre la pelota, impidiendo la posesión al equipo B. O el jugador del equipo A que está en fuera de juego tacklea al portador de la pelota del equipo B mientras juega por el lado cerrado. En estas situaciones no hay razón para conceder la ventaja y el árbitro debería detener el juego inmediatamente.
En el último ejemplo, podrías argumentar que el árbitro podría conceder la ventaja con la esperanza de que el equipo B mantenga la pelota y lo juegue de forma eficaz, pero ¿por qué preocuparse? El ataque inicial del equipo B fue detenido por culpa de una descarada infracción que merece ser penalizada inmediatamente.
Y obviamente no deberías conceder la ventaja tras juego desleal o en las situaciones normales de desventaja.
El Nivel 2: Es la situación intermedia, cuando el equipo no infractor sufre una
ligera desventaja o cabe la posibilidad de una desventaja potencial por culpa de una infracción de sus oponentes. Un ejemplo podría ser cuando el equipo A comete un off-side, el equipo B recoge la pelota y resultan tackleados. O el jugador en fuera de juego del equipo A presiona al portador de la pelota mientras éste intenta correr, pasar o patear.
En estas situaciones aplicarías la ventaja solamente durante un par de fases, justo
para valorar el resultado. Si la pelota está disponible para el equipo B tras el tackle, o la presión no evita que el equipo B use la pelota como desean, simplemente di “fin de ventaja” y que continúe el juego. Si el equipo B no es capaz de asegurar el balón limpiamente, señaliza una melé. O si el jugador en fuera de juego obliga al portador de la pelota a realizar un pase incorrecto o una mala patada, penalízale.
Si lo piensas, este principio de desventaja puede ser aplicado a cualquier incidente general durante el juego. Esto acabaría con las faltas por nada y con las faltas
contradictorias, a la vez que haríamos, en la práctica, un uso mas consistente de la ventaja. Y lo que es más importante, se pondría fin a la acción de “exprimir las faltas” y de “la segunda oportunidad”, por la simple razón de que tan pronto como el equipo no infractor patea la pelota, es que han decidido usar la pelota como deseaban, así que la ventaja está efectivamente acabada.
Posibles Problemas de este Sistema
Esta aproximación puede que no sea compatible con los actuales sistemas de
evaluación que tenemos, en los que la actuación del árbitro se puntúa en función de lo bien que vigila las faltas. La aproximación actual choca con un sistema en el que las faltas se pueden ignorar si no provocan desventaja en los contrarios.
Los tres argumentos más importantes probablemente serán:
1. ¿Qué ocurre con las situaciones en las que una infracción limita las opciones de un jugador?
A pesar de lo que te han dicho, realmente esto no ocurre. Las opciones de un jugador de correr, pasar o patear, nunca están limitadas. Lo que ocurre es que la
elección de una de estas opciones puede hacer que el jugador infractor intervenga en el juego.
Bajo este sistema, la ventaja se podría aplicar solamente cuando el infractor
realmente infringe, para que puedas juzgar el alcance de desventaja que ha tenido el contrario.
No olvides que tú como árbitro tienes, normalmente, tiempo entre el momento
en que un jugador se salta las reglas y en el que el contrario tiene una desventaja. Utiliza este tiempo para hablar con los jugadores y evitar que esa infracción afecte al juego.
2. Ralentizar la circulación de la pelota.
Aquí tienes que juzgar si la velocidad de circulación de la pelota ha marcado
diferencias. Por ejemplo, si la infracción ocurre después de una detención y está
encaminada claramente a dar tiempo a que se recoloque la defensa, penaliza
inmediatamente o aplica la ventaja durante alguna fase del ataque para ver si los no infractores pueden sacar provecho. Si la infracción se produce cuando los atacantes no buscan un ataque rápido, entonces no han sufrido una desventaja, así que el juego continúa.
3. ¿Qué ocurre con las infracciones repetidas del Nivel 1?
Las faltas repetidas, incluso si no causan desventaja en el contrario, pueden estropear el desarrollo de un partido, y probablemente recibirás un montón de críticas desde las orillas. En la mayoría de los casos no se debería señalar una falta hasta que la infracción provoque una desventaja. Pero si el jugador ignora los avisos del árbitro, debe ser necesariamente sancionado. De nuevo, hay a menudo una oportunidad para los árbitros de hablar con los jugadores y dar avisos antes de señalar las faltas.
La Prueba está en el Resultado
Esta interpretación de
en distintas formas. Lo que es más importante, me ha permitido tener más confianza en mi toma de decisiones y ha animado a los jugadores a ser más positivos. Así es como arbitro ahora. ¡Te reto a que lo pruebes!
Nota de autor y adaptador:
No consideramos, en absoluto, que el presente artículo intente constituir la panacea sobre la aplicación de
Consideramos, igualmente, que el llevar estas consideraciones a una práctica inmediata podría confundir más que ayudar, y que sería conveniente crear un consenso previo para la aplicación de estos criterios.
Siendo reiterativos, reconoced el título del artículo, “Reflexión”.....
Escrito por Tony Kean, Editor de la revista Referee de Nueva Zelanda.
Aparecido en el volumen 12, Nº 2 de Diciembre de 2002.
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