Por que El rugby élite

Este Blog esta hecho para todo el mundo que le guste el rugby y ademas para poder compartir, expandir nuestro deporte tan amado.

jueves, 15 de marzo de 2012

18 AÑOS DE LUCHA POR 5 MINUTOS MÁS EN LA CANCHA

De repente, la vida tiene otro valor después de escuchar a Diego Elías. Cosas tan simples como caminar, o la mera posibilidad de agarrar un vaso con agua, vuelven a parecernos lo que en realidad son: un tesoro monumental, un regalo del cielo. En marzo de 1994, una acción desafortunada durante un partido cambió su vida para siempre: lo privó de la impagable posibilidad de valerse por sí mismo, y le dio a elegir entre luchar o dejarse morir. El desalentador cuadro que presenta una tetraplejía justifica a cualquiera que prefiera escoger la segunda opción, pero el espíritu rugbier que vive en Diego no se lo permitió. Lo obligó a dar pelea, aún desde una silla de ruedas, porque eso es lo que le enseñaron. Esa es su forma de vivir, desde hace más de 18 años.

- Diego, ¿cómo se hace para seguir luchando después de tanto tiempo?
- Cuando me pasó esto, yo sentí que la vida me quitó una parte muy importante: la posibilidad de formar una familia con la mujer que yo quería, la de jugar en la primera de mi club…al final, me la pasé encerrado en la mejor epoca de mi vida. Así que sentí que me merecía una oportunidad de luchar. Muchas veces los médicos me dijeron “de ésta es muy difícil que salgas”, pero yo pensaba que si me tenía que ir, me iría de la mejor manera: peleando, como me enseñó el rugby. Si no hay solución, hay que irse con la frente en alto.
- ¿Cuánto tuvo que ver la fe en esto?
- Mucho. Para mí, el hecho de tener éxito en algo, en el deporte, en la profesión, en tu familia, o en cualquier ámbito de la vida, es una suma de factores. No se trata sólo de talento, inteligencia o persistencia. Hay otras cosas que inciden: la gente que te apoya, la fe que tenés, etcétera. Conocí mil ejemplos de cracks que no llegaron a nada, y otros jugadores con menos cualidades que llegaron a ser capitanes de un seleccionado. Por su corazón, y por entregar siempre un poco más que el resto.
- A diferencia del futbol, donde hay muchos capitanes que se apoyan sólo en su talento…
- Exacto. Por ejemplo: me habían contado que el hermano de Pablo Aimar, Andrés, era diez veces mejor que él. Y sí, el tipo era un verdadero crack, pero lo que le sobraba en habilidad, le faltaba en otras cosas. Y por eso Pablo jugaba en la primera de River, mientras que Andrés jugaba en la tercera.
Diego se ganó su lugar en el corazón del rugby tucumano. Cada vez que la “naranja” sale a jugarse el pellejo en Tucumán, ahí está él, a un costado de la cancha, acompañado por su padre Antonio.
- El otro día tuviste una charla con los chicos del seleccionado. En resumen, ¿cuál fue el mensaje que quisiste darles?
- Que a veces uno piensa que todo está perdido, que un problema no tiene solución, que nunca vas a poder ganar (en el sentido amplio), pero siempre se puede salir adelante. Quise transmitirles que, si luchás, en algún momento se abre la puerta, se produce el hueco en la defensa y pasás.
- Vos conoces a muchos de los que hoy visten la “naranja”. ¿Qué es lo mejor que le ves a este grupo?
- Tiene todo lo que caracteriza al seleccionado tucumano: garra, fuerza para sobreponerse a las dificultades. Al jugador tucumano lo incentiva el obstáculo; por eso, el hecho de que muchos se hayan ido a los representativos nacionales, motivó a los que quedaron a salir adelante, jugase quien jugase. Como se dice, hay equipo. Y siempre lo va a haber.
- Desde hace casi dos décadas estás jugando contra el rival más difícil que te puede tocar: el destino. ¿Cómo le explicás a la gente el amor que seguís teniendo por el rugby?
- El que jugó el rugby sabe que cuando te pica el bichito, es una cosa que no tiene cura. Yo cambiaría estos 18 años de lucha por 5 minutos más en la cancha, sin pensarlo. Para mucha gente es dificil entenderlo, y me dicen que estoy loco por seguir amando a un deporte que me quitó la movilidad del cuerpo. Pero ellos no saben lo mucho que el rugby me enseñó. Lo mucho que me dio y me sigue dando.

por Federico Esposito
Fuente Tercer Tiempo

No hay comentarios: