Michael Gourley, es neocelandés, psicólogo con experiencia en el campo organizacional y fue jugador de rugby del combinado provincial de Wellington. Hace unos días llegó a mis manos un artículo de su autoría que se llama “La ventaja de la psicología en el rugby”.
En principio voy a tratar de hacer un pequeño resumen de lo que el artículo plantea y construir algunos conceptos partir de su pensamiento. Y jugando con sus palabras, plantear la “Ventaja Psicológica” en el rugby.
Esto es cómo un equipo saca ventaja psicológica, en la medida que tiene un “deseo de poderío” que impone sobre su rival.
Gourley en este artículo propone algunas ideas relevantes, a saber: Sostiene, a partir del pensamiento del DT de futbool americano Vince Lombardi que “los entrenadores que pueden describir jugadas en los pizarrones son muchos, pero los que triunfan son los que llegan dentro de los jugadores y son capaces de motivarlos”. También sita a Graham Henry quien afirma que la actitud es todo. Si la actitud es la correcta –dice- se podrá alcanzar un estándar de juego alto y con ese estándar vendrán los triunfos. Entonces podríamos preguntarnos porque los libros escritos sobre coaching le prestan poca atención a como ganar esa ventaja psicológica o entonces, si la motivación es lo que hace a la diferencia, por qué los entrenadores no son preparados para tal fin o por que los entrenadores no se concentran en como conseguir lo mejor de los jugadores desde el aspecto psicológico. Sostiene Gourley que la mayoría de los libros de coaching están llenos de anécdotas de partidos, destrezas e información sobre destrezas, organización y aspectos técnicos del juego y son carentes de los aspectos psicológicos que llevarían al triunfo.
Creo que esta muy bien que sea así, ya que desde mi punto de vista la motivación llega del conocimiento de cómo superar al rival y eso es táctica y estrategia de juego y cuando el grupo de jugadores este mayormente compenetrado con el plan y patrón de juego mejor serán los resultados. Esto es lo que llamo “Alineación estratégica”. Quiero decir que el “factor psi” es un plus que solo puede sostenerse si sabemos que hacer dentro de la cancha, difícilmente pudiéramos ganar un partido con el mero voluntarismo. Entonces el “factor psi” es un plus importantísimo pero que solo toma esa importancia en la medida que sabemos que hacer dentro del campo de juego.
Gourley introduce en su artículo el par antitético “creatividad vs. Rugby sin errores” Sostiene que hay entrenadores que piden error cero y que en última instancia esto es un factor que funciona negativamente en el inconsciente del jugador ya que para evitar errores no se toman riesgos y las diferencias en el campo de juego entre un equipo y otro pasan por tomar riesgos, si uno no arriesga no hace lo suficiente para ganar. Comenta graciosamente la frase del legendario entrenador de basketball John Wooden: “el equipo que cometa la mayor cantidad de errores probablemente será el ganador”. Es decir que el equipo que comenta la mayor cantidad de errores habrá sido el que tomó más riesgos y por lo tanto con algunas de esas jugadas riesgosas se llegará a marcar más puntos.
Si analizamos correctamente la frase de Wooden encontraremos mayores certezas, el cree que “el hacedor” comete errores y, dice “quiero hacedores en mi equipo, jugadores que hagan que las cosas pasen”. Esa afirmación es la completa antitesis del rugby “sin errores”. Agregaría que cuando uno hace los cursos de la Unión de Rugby de Buenos Aires, se queda con la impresión que la solución es jugar mucho predeterminado, es decir repetir secuencias de juego donde sabemos hasta quien entra en apoyo en la novena fase del juego. Eso es ajedrez y malo. Ninguno de los grandes campeones de ajedrez ni Tigran Petrosian, ni Boris Spassky, ni Anatoli Karpov, ni Garry Kasparov y obviamente ni el Gran Boby Fischer respetaban las clásicas jugadas, al contrario fueron grandes porque ellos inventaban continuamente las nuevas jugadas que el resto de los humanos se encargarían de repetir hasta el hartazgo. Podrán decirme que Deep Blue venció a Kasparov y la computadora jugó predeterminado contra la creatividad de Garry. También tenemos que recordar que Kasparov, acusó a IBM porque la multinacional luego de la partida, desmanteló a Deep Blue, y no aceptó una revancha pedida por Kasparov, a su vez el campeón mundial argumentó que en el juego se había hecho trampa y que en realidad Deep Blue no estaba en capacidad de ganarle a él. También Kasparov había pedido un informe detallado del segundo juego en el cual él había sido derrotado, IBM prometió entregarlo al final del juego, cosa que no cumplió.
Pero en última instancia podría zanjar la diferencia diciendo simplemente que es una postura estética la preferencia por el juego abierto, desplegado y creativo sobre lo condicionado y repetitivo de lo puramente predeterminado. Vale recordar también aquí la frase del hombre mas inteligente que alguna vez pisó este planeta, me refiero a Albert Einstein: “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.
La esencia de lo humano es la creatividad y la repetición la esencia de lo robótico y de lo patológico. Sigmund Freud considera la compulsión repetitiva como la fuerza del inconsciente, esa fuerza representa el intento de elaborar lo no elaborado, la repetición reitera lo traumático y la creatividad esta cargada de la inteligencia y la salud suficiente para inventar el acto nuevo. La repetición es el arma más importante que tiene el rival interior, me refiero al rival más difícil de enfrentar y de vencer. A ese que anida en nosotros y que nos invade con angustias, enojos, agresiones y miedos. A ese que frena nuestra inteligencia y nuestra sabiduría, a ese que no nos deja pensar, a ese que nos deja sin paciencia para encontrar el mejor momento para alzarnos con el triunfo.
Continuando con el artículo de Gourley, este plantea también y diría en plena coincidencia con lo que planteo en “Rugby Interno” y en “Psicología y Rugby” la necesidad de centrar el trabajo psicológico en lo estrictamente grupal sobre lo individual. Si bien no descarto la posibilidad de la motivación individual, como Gourley creo que el trabajo individual se ajusta mucho más a aquellas disciplinas individuales. Aquí en este deporte es necesario lograr la sumatoria de los matices individuales en pos del crecimiento grupal y aquello que sea nocivo para el grupo tendrá recambio y ese pequeño ajuste permitirá que la pieza que no funcionaba lo suficientemente bien, trabaje personalmente en ajustarse a las necesidades del grupo. Esto es lo que llamó “ser uno con el grupo” que es en última instancia la finalidad psicológica del juego de rugby.
Finalmente Gourley en su artículo trata el tema de la sumisión psicológica de un equipo sobre otro y de la iniciativa como arma de sumisión psicológica. En principio deberíamos decir que de eso se trata el juego, “de vencer al otro en lo psíquico”, ya que eso seguramente traerá como consecuencia una diferencia en el tanteador a favor del que haya ganado la lucha psicológica. Podemos tener un equipo que sea fuerte en las formaciones fijas y haga retroceder al rival en el scrum y superarlo ampliamente en tamaño y destrezas. Que solo le deje al otro la posibilidad de tener poca posesión a partir de pelotas recuperadas. Si el apertura de este equipo se dedica a patear esas pocas pelotas, ese equipo no podrá cambiar el rumbo de la historia. Si en cambio toma la postura de atacar a riesgo de equivocarse, ese equipo no será sumiso psicológicamente e intentará cambiar supremacía por supremacía. Si un equipo no tiene posesión pero va a tacklear arriba, es la iniciativa sobre el territorio la que marcará la ventaja psicológica.
Entonces, para evaluar un juego el mejor criterio es evaluar cual de los dos equipos tiene la iniciativa. Concentrándonos en este aspecto, cuando evaluamos un juego, esa evaluación nos va a proveer información importante sobre el probable resultado del partido. El resultado usualmente depende de quien tiene el equilibrio psicológico a su favor. La iniciativa incluye criterios como la posición y la ventaja territorial, pero entendamos que es más que la suma de estos aspectos técnicos del juego. El equipo con iniciativa invariablemente impone el juego a su rival, ellos inician y determinan el diseño, el modelo de juego y la oposición lo sigue. Esto es lo que exactamente la palabra iniciativa sugiere. Tener la iniciativa permite a los jugadores actuar con confianza y dictar el juego. Les da la ventaja psicológica que invariablemente conduce al éxito.
Nos cuenta Gourley analizando el fracaso de su selección en Francia 99 que “históricamente Los All Blacks han sido capaces de mantener la iniciativa a través de las fortalezas de sus forwards. Los cambios en las reglas de ruck han reducido sus oportunidades para obtener el dominio usando esta estrategia. La dominación a través de los forwards permitía a los tres cuartos jugar de acuerdo a un plan de juegos que querían esto era un modelo casi imposible de romper y llevo a Nueva Zelanda a vencer en el rugby por décadas.
Siempre hubo una confianza y un objetivo en el juego del los All Blacks que fue admirado en el mundo entero. Aun así, aun los All Blacks parecen comunes y corrientes cuando pierden esa iniciativa. Cuando eso sucede pierden el objetivo, no tienen la misma coordinación. Esto fue demostrado en la Copa de Mundo contra Francia en 1999 cuando no tenían ni objetivo ni diseño o plan para su juego. En la temporada anterior habían perdido frente a Sudáfrica luego de una significativa ventaja de 17 puntos. Se habían vuelto defensivos perdiendo la posesión en el terreno y así cedieron la iniciativa a los Springboks quienes se metieron nuevamente en el juego y ganaron. Entre otras cosas contra Australia siendo ya avanzado el partido perdieron porque no tuvieron suficiente confianza en si mismos. Tomar la iniciativa e imponer el juego a la oposición tiene que ver con la confianza, esto se construye sobre un número de actitudes creencias y valores que le dan al equipo la motivación para imponer el juego a la oposición más que tomar una actitud defensiva.”
Es decir que si el equipo más poderoso del mundo puede perder la iniciativa, esto le da ventaja al que la quiere imponer. Enfrentarse a un equipo que el los papeles pueden ser más poderoso debería ser un reto y una posibilidad de demostrarse cuan ganador puede ser el equipo que menos chances tiene.
Ahora bien, hasta aquí algunos comentarios sobre el articulo de Michael Gourley “La ventaja de la psicología en el rugby”.
Yo cambiaría la enunciación “La ventaja de la Psicología en el rugby” y diría “La ventaja psicológica en el rugby”. Trabajar también sobre los aspectos psicológicos del equipo da una ventaja, allí donde el resto no lo hace. Pensar como ganar la batalla psicología es tomar la iniciativa, aun no teniendo posesión ni dominio territorial, la batalla psicológica se gana con la actitud de ir a buscar el ingol contrario, de tener la única finalidad como dice Gourley, de marcar puntos.
Si pensamos en tener una buena defensa, la defensa no va a cambiar el resultado, en todo caso lo va a mantener. Si por el contrario pensamos que defender es nuestra arma de ataque, para recuperar la pelota y desde ese momento plantear un acto creativo que nos lleve a visitar el ingol contrario. Allí entonces la defensa es el primer escalón de nuestro ataque. Pero el segundo escalón, atacar con esa pelota recuperada, es el que marcará si tenemos o no la supremacía psíquica en ese segmento del partido. La diferencia y la posibilidad de éxito estará dada por lo que hacemos en ese segmento. Si disponemos de esa pelota para atacar el ingol contrario ganaremos la supremacía o si por el contrario la dejamos en un line out lejos de nuestro ingol, le entregamos la posesión y la iniciativa a nuestro rival y por lo tanto somos sumisos psíquicamente.
Regresemos a aquella enunciación de Wooden: “el equipo que cometa la mayor cantidad de errores probablemente será el ganador”. Supongamos entonces que hay alineación en el plan de juego y todos comparten la estrategia del entrenador, pensemos que vamos a tratar de no desperdiciar las oportunidades que tengamos ya sea a través, del dominio de las formaciones fijas, en el dominio territorial o simplemente la posibilidad que nos de el rival de trabajar sobre pelotas recuperadas, allí necesitamos hacedores, siempre necesitamos hacedores, creativos, inventores a riesgo, que se atrevan a cometer errores, esa es la única forma de cambiar el curso de un resultado desfavorable, es más diría que de la historia de un equipo.
Al principio del articulo decía que: “un equipo saca ventaja psicológica, en la medida que tiene un “deseo de poderío” que impone sobre su rival.
El concepto Voluntad de Poderío, es un concepto acuñado por Friedrich Nietzsche allá por 1880, Nietzsche sostiene que: “La voluntad de lo verdadero es una forma de voluntad de poderío. La voluntad de poderío es la forma primitiva de pasión y todas las otras pasiones son solamente configuraciones de aquella”. Ahora, ¿cómo llevamos la filosofía a la practica del rugby? Nietzsche, quizá el hombre mas solitario de la historia del mundo, el filósofo que pensando para los solos y desamparados, sirvió de mucho al pensamiento del nacional socialismo alemán, sostiene que hay un triunfo posible para aquellos a los cuales se les desconfía la posibilidad de éxito. Solo la voluntad de saberse verdaderos y no aceptar la dominación permite sobreponerse a la adversidad.
En otro artículo desarrollaba el concepto de “Rugby Interno” y con las ideas de Willy Railo sostengo que en la medida que uno pueda cambiar el concepto de “deber por el de querer” el deseo estará puesto a beneficio del triunfo. Cuando Nietzsche se refiere a Voluntad de poderío y lo sostiene como la forma primitiva de pasión, piensa esta fuerza interna como el concepto de pulsión en Freud. Es decir es esa fuerza que proviene del inconsciente más profundo y no del voluntarismo consciente. Este es el magma y solo hay que agregarle la paciencia que nos da la inteligencia y la serenidad.
A veces vemos por TV cuando dos machos luchan por el territorio o el control de la manada, no parece haber diferencia a medida que se chocan, sin embargo de algún modo ellos están definiendo quien tiene la ascendencia. Unos van a mostrar algún signo de sumisión y después de algunos intercambios uno se va. En muchos aspectos el ser humano y por ende el deporte tiene elementos de esta conducta primitiva. La diferencia es que a la fuerza interior el hombre le suma inteligencia, entonces el que triunfe debe contar con esa fuerza interior subordinada al acto inteligente.
Por lo tanto si sabemos que hacer dentro de la cancha, si sabemos como obtener la iniciativa, si estamos concentrados en nuestro trabajo, seguramente vamos a imponer ese deseo de poderío que haga que nuestro rival seda ante nuestras fortalezas y nuestra inteligencia y seguramente nos llevemos la alegría del triunfo. En otras palabras esas fortalezas internas y ese convencimiento son “La ventaja psicológica”.
Fuente:Desde abajo rugby
Autor:Jorge Collado
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