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lunes, 12 de marzo de 2012

EL ENTRENAMIENTO DE LA TECNICA INDIVIDUAL

La técnica es uno de los elementos altamente relacionados con el rendimiento deportivo. En el rugby hay una gran cantidad de movimientos específicos que constituyen los gestos técnicos propios del juego. Estos movimientos van a discurrir en el espacio y en el tiempo y por lo tanto la percepción de los distintos movimientos, tienen un gran valor.

Cada deportista adapta el movimiento ideal a sus capacidades y condiciones intrínsecas creando la técnica personal, que debe conservar los principios básicos del gesto.

Aprender un gesto técnico es adquirir, desarrollar o potenciar un aprendizaje motor, es decir, aprender una acción motriz nueva o reforzar una ya existente.

El entrenamiento y la práctica bien planificada van a lograr que el jugador se adapte a las demandas del gesto técnico.

Esta educación del comportamiento motor del jugador va a repercutir notablemente en su comportamiento ante el juego, pero la técnica y, por lo tanto, el gesto técnico no son un objetivo en sí mismos, sino herramientas para solucionar los problemas cognitivos que el discurrir del juego plantea a los jugadores.

Nos encontramos ante la técnica como ayuda a la táctica, ya sea a nivel individual o colectivo.

El gesto técnico es uno de los medios de que dispone el jugador para solucionar la situación de juego en que se encuentra inmerso.

El jugador ejecuta el gesto después de una toma de decisiones basada en la observación y análisis de las variables de juego.

La toma de decisiones se crea a partir del desarrollo de un pensamiento táctico lógico y necesita de la técnica para hacerse realidad.

Cada gesto técnico debe nacer como una necesidad siendo el eslabón indispensable para el encadenamiento lógico de las acciones del juego.

Por lo tanto, el gesto técnico no se debe presentar al principiante como un elemento aislado, sino dentro de un contexto de juego, creando la necesidad de aprenderlo, para poder seguir jugando.

Esta metodología facilitará el aprendizaje, reforzando la motivación del practicante que siente y comprende la utilidad de la técnica.

Estos nuevos aprendizajes deben enseñarse en condiciones favorables que permitan un alto porcentaje de éxito par que el principiante reciba sensaciones estimulantes gracias al refuerzo positivo que le transfiere la correcta ejecución.

El momento oportuno para introducir un nuevo gesto técnico es justo después de realizar el calentamiento, aprovechando que el organismo y todos sus sistemas se encuentran en perfectas condiciones para asimilar.

El sistema nervioso central va a tener un papel destacado en el aprendizaje, no debiendo estar fatigado cuando se intenta enseñar un nuevo gesto técnico.

El sistema nervioso central va a mantener la concentración y la conciencia del jugador en el movimiento, aumentando así las sensaciones que recibe con el discurrir de la acción motriz.

Toda la información del movimiento que llega al deportista le va a servir como referencia entre el modelo ideal y el gesto personal, que realiza en cada intento o repetición, llegando a ser capaza de auto corregirse cuando es un jugador de alto nivel.

Tradicionalmente la técnica se enseña siguiendo un método analítico que por medio de la repetición del gesto llega a su automatización y mecanización. Los ejercicios de asimilación y de aplicación son la base de este sistema. Pero modernamente, para preservar la realidad del juego, la técnica también se enseña a través de métodos globales donde el gasto técnico siempre esta en función de la solución táctica. La mejora del gesto se logra a partir de situaciones pedagógicas, polarizando la atención del jugador y del entrenador en la correcta ejecución técnica.

En un principio estas situaciones deben tener pocos elementos perturbadores para garantizar la posibilidad del éxito del gesto y en la atención selectiva hacia él.

Este sistema exige más tiempo, es un proceso más lento en sus comienzos pero asegura a medio y largo plazo una mejor conciencia de la utilidad del gesto técnico y una adaptabilidad al juego muy superior al método analítico.

Ambos sistemas son utilizables y deben mezclarse según como considere necesario cada entrenador. Desdeñar directamente uno de ellos no es aconsejable.

La secuencia del aprendizaje de un gesto técnico es la siguiente:

1º Crear la necesidad de aprender el gesto técnico específico. Para lograrlo habrá que proponer situaciones pedagógicas que condicionen por sí mismas la aparición del gesto técnico. Por ejemplo, si el objetivo es el nacimiento del pase las situaciones planteadas serán la clara superioridad numérica con suficiente espacio para jugar que posibiliten el avance directo de los jugadores; por el contrario, si se busca asegurar la posesión de la pelota por medio de un maul los juegos serán en inferioridad numérica. Si se reflexiona un instante sobre las diferencias de una situación de dos atacantes contra un defensor y de un atacante contra dos defensores, rápidamente se llega a la conclusión de que tiene una solución táctica opuesta y por tanto las herramientas para solucionarlas serán muy diferentes, en el primer caso el pase y en el segundo el maul.

2º Crear el modelo ideal en la imaginación del jugador. Una vez que ha sentido la necesidad de aprender el gesto, llega el momento de que lo experimente en su globalidad. La experiencia de sus acciones en el juego, apoyadas por demostraciones o visualizaciones le irán creando la imagen ideal del movimiento, que le va a servir para ajustar el patrón de sensaciones que registra después de cada ejecución. Por supuesto, este trabajo debe realizarse en condiciones favorables, sin cansancio, sin muchos elementos que distraigan su atención del gesto.

3º Observación, análisis y mejora de los puntos o partes más débiles en la ejecución motriz. Todos los movimientos pueden descomponerse en bloques o fases que pueden mejorarse parcialmente, aumentando el rendimiento global del gesto técnico. La observación y la capacidad de análisis para descubrir posibles anomalías en la ejecución técnica deben ser unos grandes aliados del entrenador experimentado, que una vez descubierto el problema lo subsanará, ya sea por medio ejercicios analíticos centrados en la parte del movimiento que se desea mejorar o bien por situaciones globales con la atención centrada hacia el objetivo a lograr.

4º Aumento progresivo del nivel de dificultades en la ejecución técnica. Se va a pasar de un extremo donde se entrenaba en situaciones favorables al otro en que la técnica se va a realizar en largo estado de estrés. En este largo camino irá apareciendo muy poco a poco elementos perturbadores, como pueden ser los contrarios, compañeros, espacios cambiantes, menos tiempo de ejecución; en breves palabras, mayor presión sobre el jugador. Si el grado de eficacia del gesto técnico se mide es precisión y en velocidad de ejecución, este parámetro, en el jugador experimentado, no debe verse afectado por el entorno cambiante, ni por sus condiciones intrínsecas momentáneas. Cuanto mayor sea el bagaje de posibilidades técnicas del jugador, mas medios tendrá de solucionar una misma situación de juego y mayor es la incertidumbre de sus oponentes.


Fuente:Entrena Rugby

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