Sueños de los niños del rugby

“El rugby es muy bonito porque termina igualándonos en la cancha. En ese lugar no importa ni de dónde se viene, ni cuánto se gana. En la cancha es lo que usted haga y ya” dice David Jaramillo Gómez, entrenador de la Liga Antioqueña de Rugby. Conocé esta historia de vida del rugby colombiano.

Samuel Hoyos Gómez, es conocido con el apodo de “Yuca”. Él, junto con Juan Carlos Arias Arias, son dos pequeños deportistas que cada ocho días participan en los festivales infantiles organizados por la Liga Antioqueña de Rugby. Samuel tiene siete años. Estudia en el colegio Pedro Justo Berrío. Juan Carlos tiene 12 y hace parte del club Vikingos de Granizal. Se podría pensar que la práctica del rugby es lo único que tienen en común estos dos niños. Son de diferente estatura, edad y estrato socioeconómico. Mientras que Samuel llega la Unidad deportiva “René Higuita” de Castilla gracias a la buseta que el colegio pone a disposición para él y sus compañeros, Juan Carlos lo hace caminando desde su casa. Ambos llegan a ese lugar en las mañanas de cada sábado para enfrentarse con niños más grandes provenientes de escuelas populares como Juanes de la Paz, Moravia, el club Gatos, Petirrojos, Copacabana, Bello e Itagüí. Samuel practica rugby hace dos años y ha participado en igual número de festivales infantiles. No tiene muy clara la posición en la que juega. Sabe perfectamente aplicar las recomendaciones de “Cabra” su entrenador y de sus papás. “A mí me dicen que tengo que taclear mucho y chutar muy duro el balón”, asegura tímidamente. Juan Carlos, en cambio se considera un gomoso de esta disciplina deportiva y la mejor muestra la dio durante el pasado festival infantil. A pesar de tener la mano quebrada no dejó de moverse en la cancha con un pito en la boca en su improvisada labor de juez. Como todos los niños, estos dos rugbistas son soñadores y cada uno tiene una meta muy clara al practicar este deporte. Samuel quiere algún día anotar un try, pero sabe que le falta fuerza. Entrena con mucha disciplina y se enfrenta sin miedo a sus rivales, sin importar que sean más grandes. A Juan Carlos seguramente el rugby le permitirá salir adelante con su familia. “Me gusta más el rugby porque es muy bueno, muy deportivo y puedo taclear”, dice Samuel, quien le dedica más tiempo a esta disciplina deportiva que al fútbol o al tenis de mesa, otras actividades que también practica. “Lo más importante de estar en la cancha es jugar bien y ser humildes”, dice Juan Carlos, destacando los valores de este ancestral deporte. La resistencia y la velocidad, es otro punto en común que tienen estos dos niños. Cuando entran al terreno de juego no paran de correr de un lado para otro. Samuel admira profundamente a José Manuel Diosa porque “anota muchos try y le da muy duro al balón”. Juan Carlos, por su parte tiene como ídolo al “Tío Jhonny” porque “es mero monstruo y le da juego a los otros”. Como ellos, estos pequeños quieren que algún día los convoquen y finalmente sus amigos los puedan ver convertidos en verdaderos “Tucanes”. “La idea es a mediano o largo plazo tener jugadores íntegros en lo personal y deportivo. Las destrezas y capacidades de los niños son grandes, y por medio de espacios como los festivales infantiles se desarrollan al máximo los potenciales de cada uno”. Lucas Caro, Coordinador de Desarrollo Infantil de la Liga Antioqueña de Rugby Fuente:Comunicaciones y Prensa FECORUGBY